Corría el año 1835 cuando, José María Gurtubay, un comerciante bilbaíno que se dedicaba entre otros negocios a la importación de bacalao procedente de Noruega, Escocia e Islandia, realizó un pedido a sus proveedores en el que escribió: “Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100 o 120 bacaladas primera superior". Las cantidades estaban escritas en cifras y se interpretó mal la “o”, confundiéndola con un 0. Así que imaginaos cuál fue la sorpresa del hombre cuando recibió en puerto nada más y nada menos que ¡1.000.120 bacaladas! El sitio de Bilbao durante el verano de ese año no permitió la entrada ni salida de ninguna mercancía de la ciudad. Así que el bacalao del Sr. Gurtubay se convirtió en la base de la alimentación de los bilbaínos durante aquellos meses y con ello, la invención de tantas y tantas recetas.
En las décadas siguientes el bacalao se convertiría en ingrediente indispensable del recetario tradicional bilbaíno y las bacaladerías una presencia habitual en sus calles y plazas. Desde entonces, Bilbao y el bacalao están unidos.
En 1931, Gregorio Martín un joven emprendedor llegado años atrás a Bilbao, desde su Medina del Campo natal, decidió instalar su propio comercio en Artecalle 22. Gracias a una amistad personal con un importador el visionario Gregorio innovó su comercio especializándose en la venta de bacalao y colocó la famosa placa que reza: “Gregorio Martín. Especialidad en bacalao remojado todos los días. Tno.- 13.707”. Desde entonces,
“Ultramarinos finos, Almacenes coloniales y Bacalao Gregorio Martín”, conocido por todos como “La Bacalada” de Artecalle, nos hemos convertido en un comercio de toda la vida que sumerge a sus clientes y visitantes en el pasado de Bilbao.
En Gregorio Martín ofrecemos hoy las mismas enormes bacaladas, sacos de legumbres a granel, quesos, embutidos, conservas, vinos, condimentos, chocolates... con la misma profesionalidad y cariño hacia el cliente de siempre. Nuestro secreto es la procedencia de los productos y el trato personalizado que nuestros empleados desde hace décadas brindan a los visitantes.
Generación tras generación tanto a un lado como al otro del mostrador, los bilbaínos, con gran tradición gastronómica pueden disfrutar comprando un producto de calidad garantizada y recibir una atención personalizada. A menudo familias que llevan generaciones como clientes preguntan sobre recetas y confían en nuestras recomendaciones reforzando nuestro valor clave: la relación entre el cliente y el comercio. Esa relación se mantiene por nuestra parte, siendo la actual la tercera generación de la familia quien se encuentra al frente del negocio.
Nuestro producto estrella, el bacalao es importado desde hace más de 80 años de Islandia y las islas Feroe, un pequeño archipiélago anclado en el Atlántico Norte, entre Escocia, Noruega e Islandia. Allí las aguas son muy frías y eso hace que el pescado tenga más grasa para protegerse y sea muy fino: la clave, entre otras, de un buen pil pil. Muy importante para nosotros, nuestros productos son fruto de una pesca sostenible con anzuelo en línea, una técnica en la que el bacalao no sufre tanto como con el arrastre. Además del bacalao, todos nuestros productos son seleccionados con mimo entre los mejores del mercado, buscando siempre satisfacer a los mejores cocineros y comensales.
No buscamos convertirnos en una tienda de productos caros y exclusivos, si no seguir ofreciendo la mayor calidad en productos de siempre y al mejor precio posible. Nuestro mostrador de mármol, ha sido testigo durante décadas de la confianza de los bilbaínos en esta creencia. Así fue incluso en momentos difíciles como
la guerra civil, donde la escasez agudizó el ingenio del fundador para mantener el negocio abierto, incluso convirtiéndose en frutería, o las inundaciones del 83 cuando tuvimos que empezar de cero y gracias a la gran labor realizada por nuestros empleados y esa gran unión entre comerciantes de la zona conseguimos que la reapertura fuera lo antes posible.
Somos un negocio tradicional, pero también moderno e innovador y confiamos en seguir prestando nuestra autenticidad durante generaciones con la misma profesionalidad y simpatía de siempre. Creemos que somos un referente en lo nuestro y sobretodo nos encanta que la gente nos reconozca día a día como un lugar donde venir a comprar nuestros productos, porque saben del valor añadido que llevan en cuanto a sugerencias y trucos que les intentaremos dar, con nuestra forma tan personal de atender.
Sin más y dejando claro que lo que nos diferencia es ese trato personal a nuestros clientes y sobretodo la calidad de nuestro producto del cual hacemos gala siempre que podemos.